El circo de Buffalo Byll

El circo representa un mundo con exceso de pistolas, alcohol y testosterona. Un lugar donde la mujer solo tiene cabida como especialista en repostería familiar, donde la frontera del bien y del mal la marca la chapa del Sheriff.

En el circo Calamity Jane sigue luchando por demostrar su valía en un mundo de hombres:



“No tengo que demostrarle a nadie que soy una mujer.
No tengo que adular a ningún hombre mediocre
Para conseguir algo hay que ser coqueta, dulce y amable,
obedecer, disimular el asco y el dolor.
Sólo sirvo para el circo.

Eres demasiado viril.
Fea y viril.
Agresiva y viril. (…)
Se las arregla demasiado bien, sabe defenderse,
quiere vivir como le da la gana.
Ir a donde quiera sin pedir permiso a nadie.
Todo eso dicen de mí…

En las casas se hacen las cosas pequeñas,
las cosas buenas, las cosas femeninas.
Hay algunas que todo eso lo hacen muy bien.
Pero yo quiero hacer grandes cosas, ¿me oyes?

Para hacer grandes cosas hay que alejarse.
Si te juntas con mujeres acabas entrando en su estúpido juego,
una mujer siempre vigila a las demás mujeres”